Quiste de baker

Quiste de baker

¿Te han dicho que tienes un quiste de Baker y no sabes lo que es? Pues a continuación te explicamos en que consiste esta patología tan frecuente en nuestro medio.

Bien pues un quiste de Baker por definición es una colección de líquido procedente de la rodilla que se forma en la parte posterior de la pierna, fuera de la articulación, entre los músculos del muslo.

Recordemos que la articulación de la rodilla es un compartimento cerrado donde existe un liquido en el interior que se llama liquido sinovial. Este liquido básicamente es un ultrafiltrado del plasma de la sangre y esta compuesto por una serie de sustancias que hacen que tenga una consistencia muy viscosa y favorezca el deslizamiento de las articulaciones sin fricción. En definitiva, es como un lubricante natural que producen nuestras articulaciones.

En determinadas circunstancias, tales como después de traumatismos importantes o en casos de desgaste o artrosis las articulaciones reaccionan produciendo mas liquido del habitual y es en esos casos cuando se produce lo que llamamos un derrame. Un derrame por tanto es cuando hay mas liquido sinovial de lo habitual dentro de la articulación y la forma mas fácil de entenderlo es imaginándonos un globo medio vacío que se llena por completo de liquido.

Bien pues ese liquido contenido dentro de la articulación, en ocasiones encuentra una pequeña vía de escape por la parte de atrás de la rodilla y se fuga desde el interior de la articulación a la parte de la pantorrilla. Cuando esto sucede este liquido se encapsula y se produce lo que se llama un quiste poplíteo o de Baker. El problema fundamental reside en que este liquido que sale no es capaz de retornar dado que existe un mecanismo valvular que hace que se pueda llenar, pero es difícil que se vacíe.

La mayoría de estos quistes no suelen doler y sobretodo lo que producen es un bulto en la parte posterior de la pierna que dificulta doblar la pierna por completo.

Es importante recordar que los quistes casi siempre se producen por que hay un problema dentro de la articulación que genera liquido, por tanto, es importante siempre tratar de diagnosticar el problema de base. Es decir, el quiste de Baker no es el problema principal, sino que se forma por que hay alguna alteración dentro de la articulación. Por tanto, lo mejor para diagnosticarlo suele ser una resonancia magnética ya que de esta forma vemos la articulación y el quiste.

Dependiendo del problema que exista en la rodilla las opciones para tratar el quiste son varias, pero siempre de entrada se intenta realizar un tratamiento conservador sin cirugía durante unas 6 semanas y si no hay mejoría se puede plantear realizar una artroscopia de rodilla para tratar el problema de base asociado o no a una aspiración del quiste y una infiltración con corticoide guiado por ecografía,

En raras ocasiones es necesario realizar una cirugía abierta para extraer el quiste, solo en aquellos casos que no responden a otros tratamientos y sin aparente lesión dentro de la articulación,

Por ello como siempre os recomiendo que consultéis con cirujanos acreditados y con experiencia en el tratamiento de estas lesiones.