23 Sep Protesis de rodilla
Recordemos que la artrosis es el desgaste del cartílago articular, el recubrimiento natural de los huesos que permite que se deslicen entre si sin fricción,
En el caso de la rodilla cuando han fallado todas la opciones de tratamiento no quirúrgico, que explicamos en anteriores ocasiones, y persiste dolor a diario que limita y afecta la calidad de vida del paciente es cuando recomendamos poner una prótesis de rodilla,
Básicamente lo que hacemos es realizar un reemplazo de la articulación desgastada por un implante artificial de metal. Este implante puede ser completo si la artrosis afecta a toda la articulación y es cuando hablamos de una prótesis total de rodilla o parcial cuando solo afecta a un compartimento.
El implante lo colocamos generalmente en hora, hora y media de tiempo, la intervención se realiza con anestesia raquídea y sedación a través de una incisión de unos 10cm en la parte delantera de la rodilla. Para ello en primer lugar lo que hacemos es retirar el cartílago dañado tanto del fémur como de la tibia realizando unos cortes en el hueso que nos permitan crear un espacio rectangular para acomodar el implante.
En el caso del fémur lo que hacemos es poner un capuchón metálico que fijamos al hueso utilizando un cemento natural. En la tibia hacemos lo mismo pero el implante en lugar de ser un capuchón es una bandeja o plataforma metálica que también fijamos al hueso con cemento. Y entre medias ponemos una pieza de un plástico especial que se llama polietileno que permite que ambas superficies metálicas deslicen entre si sin generar corrosión y que va fija a la plataforma tibial.
Cuando ponemos una prótesis parcial hacemos lo mismo pero solo en un compartimento de la rodilla.
Tras la intervención el paciente suele permanecer de dos a tres días ingresado en el hospital y comienza a caminar el mismo día de la operación o al siguiente con la ayuda de un andador o muletas. Las primeras semanas resulta de vital importancia realizar un programa de rehabilitación exhaustivo para recuperar la movilidad por completo.
La mayoría de actividades cotidianas se suelen comenzar a poder realizar a partir de la 4-6 semana de la operación. Y a partir de los tres meses la mayoría de pacientes suelen poder realizar algún tipo de actividad deportiva tal como salir a pasear, bicicleta, natación, golf. En general para mantener la durabilidad de los implantes recomendamos no realizar actividades de impacto tales como tenis, correr, esquí, aunque algunos pacientes las realizan sin problemas.
Por último es importante remarcar que la supervivencia de los implantes actuales es de 20 años en el 90% de los casos por lo que con la idea de evitar una segunda operación solemos recomendar ponerlas a partir de los 65 años en adelante.